Esta casa pertenece a la interiorista francesa Karine Simonot, rehabilito el antiguo taller de un artesano del S. XIX de 360 m2 en el centro de París y lo convirtió en su hogar, el resultado, un loft colorido y hermoso que a pesar de que no deja de ser un espacio industrial es de todo menos frío y sin alma, los muebles de época o industrial con sabor a revisarse y algunas creaciones lúdicas, todo ello en un ambiente auténtico y muy femenino.
Después de una carrera fulgurante y hacer diversos trabajos en ebanistería, diseño, arquitectura interior y de decorar las casas de sus amigos, Katerine quiso hacerse con un lugar propio y escogió un lugar de lo mas ideal. Esta casa cuenta con un patio dedicado a la restauración de muebles dos niveles y una extraordinaria escalera de dos niveles que conduce a su palomar. El interior está lleno de objetos comprados, personalizados y reinventados. Karine se ha inspirado en libros y revistas de arte, de hay que es donde obtuvo la inspiración para la idea de la inusual biblioteca, diseñado como una diana y que actúa como almacenamiento y decoración. En constante evolución y cambio, vivir en este loft es vivir dentro de una obra de arte.
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